Los sensores de temperatura utilizados en fábricas químicas suelen ser termómetros o termopares. Estos sensores miden la temperatura de los procesos químicos y se utilizan para controlar la temperatura en diversas etapas del proceso.
Los termómetros utilizan líquidos, como mercurio o alcohol, para medir la temperatura. Estos líquidos se expanden o contraen en función de la temperatura, lo que hace que el líquido suba o baje en un tubo de vidrio graduado. El punto en el que se detiene el líquido indica la temperatura.
Los termopares miden la temperatura utilizando dos metales diferentes que se unen en un extremo y se conectan a un instrumento de medición en el otro extremo. Cuando se calienta el punto de unión, se produce una pequeña corriente eléctrica que es proporcional a la temperatura. Esta corriente se mide y se convierte en una lectura de temperatura.
En las fábricas químicas, es común utilizar termómetros y termopares que están diseñados para soportar altas temperaturas y ambientes agresivos y corrosivos. Además, a menudo se utilizan sistemas de monitoreo y control automatizados que utilizan estos sensores para ajustar la temperatura en tiempo real y garantizar un proceso químico seguro y eficiente.